Cómo Hacer un Hábito de Oración

 Hacer un Hábito de Oración

El Poder de los Hábitos de Oración

El pensamiento común es que toma 21 días formar un hábito. No puedo decirles cuántas veces he escuchado esto a través de grupos de jóvenes de secundaria y capacitación para padres. Si puedes seguir con algo durante 21 días, formarás un hábito, entonces todo será más fácil.

Si bien es cierto que la repetición crea impulso, los hábitos no se pueden formar si realmente no los queremos. Recientemente leí una reseña de El Poder del Hábito de Charles Duhigg que simplificó el proceso a tres pasos.

En este post, veremos estos tres pasos y cómo usarlos para hacer hábitos de oración. Si podemos hacer de la oración un hábito, entonces muchas de nuestras disciplinas cristianas fluyen más fácilmente.

Los Tres Pasos para un Hábito

“Para crear un hábito, necesita crear una Señal, una Rutina y una Recompensa.”
– Charles Duhigg

La señal es lo que te recuerda hacer algo. Por ejemplo, si desea comenzar a hacer ejercicio, puede colocar sus zapatillas junto a la cama para que le recuerden cuando se despierte para salir a correr. O bien, puedes programar una cita con un amigo para que se reúna en el gimnasio. La señal es lo que debe ser ese recordatorio personal de hacer el hábito que desea crear.

La rutina es el hábito en sí. Este puede ser cualquier hábito que quieras crear. Para ser más precisos, la rutina es lo que haces para lograr el hábito que quieres crear.

La recompensa es lo que quieres sacar del hábito. Usando el ejemplo de ejercicio, tal vez la recompensa sea un par de pantalones nuevos o correr en un evento determinado. La recompensa es la motivación para crear el hábito.

Creación de un ejemplo de hábito

El libro cuenta la historia de cómo a principios de la década de 1900 Pepsodent estaba tratando de hacer que la gente se cepillara los dientes (todo el marketing está tratando de que hagas algo que ellos quieren que hagas). La señal que crearon fue para que la gente se diera cuenta de la película en sus dientes cuando se despertaran. La rutina era el cepillado con Pepsodent. La recompensa era la sensación fresca y limpia de tu boca. Esta campaña fue especialmente exitosa ya que la limpieza de dientes no era un hábito diario como lo es hoy en día.

Comprender cómo formar un hábito también puede ayudarlo a romper los malos hábitos. Si tiene problemas para beber demasiado alcohol, puede pensar en estos pasos de hábito. La señal puede ser que te sientas triste. La rutina es beber. La recompensa es que olvidas tus problemas. Si este es su ciclo, entonces averigüe qué es lo que le está causando sentirse dicho y encuentre otra manera de lidiar con él es el camino a la recuperación.

Como cristianos, creemos que Jesús puede curar el alcoholismo, pero si el hábito se forma demasiado profundamente, es posible que no sepas realmente qué te está causando dolor. Puede sentir la tristeza internamente y apagarla rápidamente a través de la bebida antes de que llegue a su conciencia consciente. Jesús tendrá dificultades para sanar lo que usted está tratando de ignorar. Si no abordas el dolor, atacar el hábito solo cambiará, en el mejor de los casos, a otro mal hábito.

Cómo Hacer un Hábito de Oración – Idear un Plan

¿Cuál será tu señal para recordar tu hábito de oración? ¿Qué funcionará para ti? Puedes…

  • configura una alarma para despertarte antes.
  • crea una cita extra en tu calendario para reunirte con Dios.
  • ponga un punto en su reloj para recordarle que debe dar gracias a Dios cada vez que lo vea.

La señal no es para hacerte orar, es solo para recordarte lo que quieres lograr. A medida que estás construyendo un hábito de oración, ¿qué es algo que puedes hacer que se destaque como un recordatorio para ti?

¿Cuál será tu rutina en oración? Quieres seguir una lista de oraciones, repasar los ACTOS de oración, diario, etc.? El objetivo es pasar tiempo con Dios, pero esto puede parecer de muchas maneras. Usted es su propia persona, y lo que funciona para otra persona puede no funcionar para usted. Pruebe algunas rutinas de oración y compárelas con su personalidad. Averigüe qué será más significativo para usted antes de convertirlo en su hábito de oración.

¿Cuál será tu recompensa? Piense en esto antes de espiritualizar excesivamente la respuesta. Pasar tiempo con Dios debería ser suficiente recompensa, pero para la mayoría de la gente esto no es una recompensa concreta. ¿Cuáles son algunos de los beneficios secundarios de pasar tiempo con Dios que puedes retener? Es la paz? ¿Confianza? ¿Ligereza de corazón? ¿Dirección? ¿Puedes esperar algo que quieras, como el desayuno, hasta que reces? La recompensa correcta puede ayudarte con tus hábitos de oración.

Pasos para Hacer de la Oración un Hábito

¿Desea crear algunos hábitos de oración? Piense en estos 3 pasos y pruébelos. Si descubres que una de ellas no funciona, cámbiala. ¿La señal te recuerda orar, pero aún no estás motivado? Piensa en cómo puedes cambiar la rutina o la recompensa. Pídele ayuda a Dios en este proceso. Quiere que pases tiempo con Él, para que puedas esperar Su ayuda. Si los pasos funcionan por un tiempo y luego se detienen, podría ser Dios llevándote a una nueva temporada. Ser flexible y adaptarse a Su dirección, como aprender a hacer de la oración un hábito.

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