¿Celebró Jesús las fiestas judías?

Para comprender plenamente la persona de Jesús, debemos darnos cuenta de que, ante todo, Jesús era judío. Esto significa que no solo nació en una familia judía, sino también que la familia de Jesús era parte del pueblo judío, un pueblo que tenía la característica única de conocer su relación especial con Dios. La religión era una parte esencial de la vida judía, y la vida religiosa judía significaba la observancia de los tiempos señalados por Dios.

Cuando comúnmente hablamos de las “fiestas judías”, nos referimos a las fiestas bíblicas, que se resumen en Levítico capítulo 23. No puede haber duda de que Jesús, como cualquier otra persona judía de Su tiempo, debe haber guardado todas las fiestas bíblicas. Si no hubiera observado las fiestas judías, se habría apartado de Su comunidad, y sabemos que no fue así.

Sabemos con certeza que asistió a la sinagoga porque está registrado en los evangelios. En Marcos 6, dice que cuando llegó el Sábado fue a la sinagoga y allí Se dirigió a la gente. También está el caso de Jesús sanando a un hombre mientras estaba en la sinagoga.

Otra indicación clara de que Jesús observó las fiestas bíblicas es el hecho de que los cuatro evangelios registran Su última Pascua. Jesús celebró la Pascua al máximo, asegurándose de que todos los elementos de la celebración se cumplieran y enviando a Sus discípulos con anticipación para preparar las cosas para la cena de la Pascua.

En el Antiguo Testamento, el Señor ordena al pueblo de Israel que observe estas celebraciones a través de todas las generaciones, Sus “tiempos señalados” son parte de Su pacto con el pueblo de Israel. En otras palabras, la observancia de las fiestas bíblicas era una distinción única y un compromiso del pueblo judío que lo distinguía del resto de las naciones. Si Jesús no hubiera observado las fiestas bíblicas, los evangelios seguramente lo habrían indicado, porque habría sido muy irregular para una persona judía de esa época.

Además, tengo la firme convicción de que los discípulos, así como la iglesia primitiva, continuaron observando y celebrando las fiestas bíblicas porque reconocieron que estos Días Santos se cumplían en la vida y el ministerio de Jesús. Lamentablemente, después de dos siglos de historia de la iglesia, cuando el número de creyentes judíos fue superado por los creyentes gentiles, la iglesia dejó de celebrar las fiestas bíblicas y comenzó a “des-Judaizar” a Jesús, el fundador de la iglesia.

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