Desequilibrios mundiales y cómo abordarlos

Extractos de un discurso pronunciado por Angel Gurría, Secretario General de la OCDE, en el Consejo Económico de Finlandia
10/02/2011-La crisis mundial ha dejado en la zona de la OCDE un legado de menor producción potencial, alto desempleo y una elevada carga de deuda pública. Finlandia también se vio duramente afectada por la crisis, pero, a diferencia de muchos otros países de la OCDE, el impacto en el mercado de trabajo fue extremadamente moderado. Durante lo peor de esta recesión, la tasa de desempleo aumentó en 3 puntos porcentuales a pesar de una caída masiva de la producción. Esto, en comparación con otros países, es un testimonio de una excelente formulación de políticas. Me gustaría elogiar a las autoridades finlandesas y la actitud responsable de los interlocutores sociales a este respecto.
Al igual que Finlandia, la economía mundial se está recuperando. Pero quedan muchos desafíos para eliminar los desequilibrios mundiales. La perspectiva de la OCDE es que el reequilibrio macroeconómico requiere medidas normativas decididas y de colaboración en dos frentes amplios. Una es la necesidad de abordar la cuestión crucial de los momentos de capital; la otra es el compromiso con las reformas estructurales.
Permítanme pasar por estos temas clave a su vez.

En primer lugar, el tema Candente de los Movimientos de Capital

La configuración de la actividad económica y las posiciones de la política monetaria en todo el mundo ha cambiado drásticamente después de la crisis. El crecimiento más lento y las posturas flexibles en materia de políticas en la mayoría de las economías desarrolladas contrastan con un mayor crecimiento y posturas más estrictas en las economías emergentes. Esto está fomentando los flujos de capital de los primeros a los segundos, ya que los “carry traders” y los inversores institucionales, como los fondos de pensiones, buscan mayores rendimientos.
A medida que las entradas de capital aumentan rápidamente, muchos países objetivo “sienten el calor”. Esto se materializa en presiones al alza sobre la propiedad de los receptores y los mercados de valores, así como sobre las monedas. Cuando se resisten a esas presiones, las posiciones oficiales de reserva se expanden. En estos momentos, varios países están estableciendo controles de capital.
Hoy en día, los responsables de la formulación de políticas de todo el mundo miran estos acontecimientos con creciente preocupación. La pregunta fundamental que están examinando es: ¿cuál es el papel de los controles de capital como parte de las políticas macroprudenciales?

La recomendación estándar de la OCDE es que los controles sean temporales y estén cuidadosamente orientados. Creemos, además, que los gobiernos deberían anunciar el pronto fin de las intervenciones en el mercado de divisas. De lo contrario, desenrollarlos puede resultar problemático. Más preocupante es la posibilidad de una espiral de contramedidas y una fragmentación progresiva de los mercados internacionales de capitales.
Que dichos mercados de capitales también requieren una gran supervisión, que solo la cooperación internacional puede fomentar. La comunidad internacional lo comprende bien. Acogemos con satisfacción el hecho de que se trate de una prioridad clave para la Presidencia francesa del G-20.
A lo largo de sus 50 años, la OCDE ha desarrollado una amplia y amplia experiencia en movimientos de capitales. El Código de Liberalización de los Movimientos de Capitales de la OCDE proporciona un marco para que los responsables políticos diseñen y apliquen políticas sólidas que faciliten la circulación de capitales e inversiones a través de las fronteras nacionales. Algunos ejemplos de las disposiciones del Código son:

  • el derecho a avanzar gradualmente hacia la liberalización mediante un proceso de presentación y mantenimiento de reservas;
  • la obligación de no discriminar;
  • excepciones por razones de orden público y seguridad;
  • excepciones en caso de dificultades económicas temporales;
  • disposiciones para garantizar la compatibilidad con acuerdos regionales como la Unión Europea y sus procedimientos especiales;
  • Un sistema de notificación, examen y consulta gestionado por el Comité de Inversiones de la OCDE.

El Código constituye un órgano muy rico y poderoso, el único instrumento multilateral que promueve la liberalización de toda la gama de movimientos internacionales de capitales, aparte de las normas de la Unión Europea.
Las disposiciones del Código son jurídicamente vinculantes para los gobiernos de la OCDE. Sin embargo, están abiertos a la adhesión de los no miembros. De hecho, en el Código se reconoce explícitamente que el estado de sofisticación de la economía, incluidas sus infraestructuras y mercados financieros, varía de un país a otro. Solo un enfoque equilibrado y global de la liberalización puede garantizar beneficios a la sociedad en su conjunto a largo plazo.
El marco sistemático y coherente definido por el Código es ofrecido por la OCDE al G20 y a todos sus países. Si la cuestión aquí es la oportunidad, no tenemos que “reinventar la rueda”. Es mucho más eficaz aprovechar lo que ya tenemos. El Código de la OCDE no está escrito en piedra, puede perfeccionarse, actualizarse y actualizarse.

En segundo lugar, el papel esencial de las Reformas estructurales

Las reformas estructurales también pueden contribuir al reequilibrio del crecimiento mundial. Lo que todos los países necesitan es una combinación de reformas estructurales. El análisis de la OCDE permite identificar un conjunto de reformas que, si se promulgaran y aplicaran en conjunto, ayudarían a reducir los desequilibrios mundiales sin una reducción notable del crecimiento a largo plazo.
Estas reformas estructurales incluyen:

  • Reducir el ahorro preventivo en las economías de mercados emergentes con grandes superávits por cuenta corriente, como China, mediante el fortalecimiento de las redes de seguridad social,
  • Y fomentar la formación de ahorro en los países deficitarios, como los Estados Unidos, eliminando las características distorsionadoras de los sistemas impositivo e hipotecario.

Igualmente importante es que las reformas estructurales de este tipo entrañarán el doble dividendo de la consolidación de las finanzas públicas, al tiempo que proporcionarán un patrón de crecimiento más equilibrado.
Algunas de las razones de los desequilibrios en las posiciones exteriores y de las distorsiones en las pautas de crecimiento interno se refieren también a las condiciones de acceso al mercado. Por lo tanto, deberían revisarse. Otra variable crítica es si los tipos de cambio están impulsados por el mercado. Por último, debe continuar la cooperación internacional para mantener corrientes comerciales y de inversión abiertas.
Otro nivel de reforma se refiere a la regulación del sector financiero. En retrospectiva, entendemos que, en parte, los desequilibrios que se acumularon en los últimos años fueron impulsados por un apalancamiento financiero excesivo. Ahora se están llevando a cabo reformas que deberían hacer que los sistemas financieros sean más sólidos, sólidos y mejor regulados y supervisados. Es necesario mantener el impulso hacia esas reformas.
A este respecto, los recientes acuerdos sobre normas de capital y liquidez deben considerarse un primer elemento. Pero es necesario avanzar en otras esferas. Estos incluyen, por ejemplo, la introducción de un ratio de apalancamiento máximo común, porque el apalancamiento es un factor clave de riesgo. Los países también tendrán que hacer frente a problemas demasiado grandes para quebrar asociados con instituciones financieras de importancia sistémica, cuyas fallas han puesto de manifiesto vulnerabilidades significativas en muchos países durante la crisis.
Además, las reformas deben abordar la volatilidad de los flujos de capital. Esta es la cuestión crucial de aumentar la capacidad de los países para orientar las entradas hacia el largo plazo. Los inversores se centraron cada vez más en los rendimientos a corto plazo. En la década de 1980, el período medio de mantenimiento de una inversión en acciones era de hasta 5 años. A finales de 2009 eran 5 meses. Esta situación necesita corrección. Al ayudar a los gobiernos a fortalecer la calidad de sus infraestructuras financieras, perfeccionar los marcos jurídicos y fomentar la educación financiera de los ciudadanos, la OCDE ayuda a los países a acomodar entradas sostenibles de capital a largo plazo.
Además, a través de sus normas y principios, la OCDE desempeña un papel esencial en el tratamiento de cuestiones fundamentales de gobierno corporativo, transparencia y lucha contra la corrupción. También contribuimos a mejorar la regulación y supervisión de los inversores institucionales, a través de señalar soluciones de contabilidad, solvencia e inversión que faciliten las inversiones a largo plazo. Por ejemplo, trabajamos para fortalecer la gobernanza de los fondos de pensiones y soberanos. En conjunto, al aumentar los conocimientos y la capacidad de los agentes económicos para aprovechar las oportunidades de inversión a largo plazo, estas actividades son esenciales para permitir la adopción de decisiones estratégicas y facilitar la creación de instrumentos financieros menos volátiles.
Primer Ministro, Damas y Caballeros,
Nos enfrentamos a numerosos desafíos.
A nivel nacional, los encargados de formular políticas deben hacer frente a las consecuencias de la recesión, incluida la sostenibilidad a largo plazo de las finanzas públicas. En el ámbito internacional, los países deben llegar a un entendimiento común de los desafíos y de la manera de abordarlos. En este sentido, la cooperación multilateral es el instrumento clave. Es la única manera de avanzar en la economía cada vez más global de hoy en día.

La OCDE ha trabajado para lograr mejores políticas para una vida mejor durante 50 años. Ofrecemos asesoramiento y experiencia a gobiernos nacionales individuales, así como a través de nuestra participación en foros internacionales sobre los temas de política pública más relevantes.
¡Cuente con nosotros! Estamos aquí para trabajar con usted y para usted!
Gracias

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