energía y medio ambiente escolar
El sistema energético
La energía se ha convertido en un socio inseparable de los seres humanos, que la utilizan en cualquier momento todos los días en todas sus actividades. Para asegurar la posibilidad de beneficiarse de ese recurso de una manera simple, estable y constante, la humanidad tuvo que realizar estudios e investigaciones durante mucho tiempo, y solo durante las últimas décadas del siglo XIX muchas naciones, pero no todas, lograron desarrollar “sistemas energéticos” que garantizaran la calidad y cantidad de energía necesaria para el desarrollo.
El término “sistemas energéticos” suele describir el conjunto de procesos de producción, transformación, transporte y distribución de fuentes de energía. Los sistemas energéticos suelen ser muy complejos y requieren el desarrollo y la gestión de conocimientos procedentes de todos los campos científicos. Aunque usar la energía disponible en nuestros hogares es fácil (pulsamos un botón y la luz se enciende), producir esa energía y transportarla a nuestros hogares es una tarea extremadamente difícil y compleja.
La naturaleza difícil y compleja de la producción y distribución de energía se deriva principalmente de tres factores.
Distribución no homogénea de las fuentes primarias
La primera es que la producción de las fuentes de energía actualmente más explotadas (combustibles fósiles) se concentra bajo la superficie de pocos países, a menudo lejos de los países consumidores. Por lo tanto, es necesario encontrar y extraer la fuente de energía y elaborar acuerdos especiales entre los países productores y consumidores para garantizar un suministro estable y duradero de combustibles fósiles a estos últimos. Por último, hay que ocuparse del transporte físico de las fuentes de energía de los países productores a los países consumidores.
Necesidad de transformar las fuentes primarias para obtener energía
Las fuentes de energía no siempre son utilizables como lo son naturalmente (fuentes primarias). A menudo necesitan ser transformados para que su uso por parte de los usuarios finales sea más fácil y eficaz (véase la energía eléctrica obtenida de la combustión de carbón, o la gasolina obtenida mediante el refinado de petróleo crudo). Estas fuentes de energía producidas artificialmente por los seres humanos se denominan fuentes secundarias y son las más conocidas, ya que se utilizan todos los días.
También los procesos de transformación de fuentes primarias a fuentes secundarias y la organización de su distribución a los usuarios finales son complejos y requieren mucha gente y mucho conocimiento para ser gestionados de la mejor manera posible.
Seguridad
El problema de la” mejor gestión posible ” conduce a un tercer factor de complejidad: la seguridad. En otras palabras, todas las actividades que componen el sistema energético deben llevarse a cabo en condiciones de seguridad para los seres humanos y el medio ambiente. Si se pierde el control de las fuentes de energía, pueden producirse daños muy graves para la salud de los seres humanos y el medio ambiente (basta pensar en la contaminación del mar causada por un tanque de aceite dañado o las terribles consecuencias de una fuga de material radiactivo de una central nuclear en caso de accidente). Por lo tanto, los seres humanos necesitan constantemente estudiar e implementar tecnologías capaces de hacer que las diferentes etapas de producción, transporte, transformación y distribución de energía al usuario final sean más seguras. Ya se ha hecho mucho desde los primeros años de uso intensivo de las fuentes de energía, pero aún queda mucho por hacer mediante la aplicación de nuevos descubrimientos tecnológicos.
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