¿Por qué Nos Comparamos con los Demás
De todos los consejos psicológicos que lee, esta es probablemente una de las ideas más comunes: no se compare con los demás. Pero, ¿realmente entendemos lo que esto significa? Durante milenios, los seres humanos de todas las culturas han sabido que esta es una receta para el tormento psicológico, así que, ¿por qué hemos evolucionado tanto para hacerlo? Exploremos las razones detrás de las comparaciones interpersonales, por qué lo hacemos, por qué nos causa tanto sufrimiento y qué podemos hacer al respecto.
Por qué comparamos
Las comparaciones son una tendencia humana natural y no son inherentemente malas. De hecho, lo hacemos todo el tiempo: comparamos nuestra situación actual con la de donde venimos, comparamos nuestro yo actual con nuestro yo anterior, nos comparamos con otros en nuestro grupo de edad y comparamos nuestros conocimientos y habilidades con otros en nuestro campo. Todas estas son cosas buenas.
Las comparaciones permiten el crecimiento
Las comparaciones nos permiten formar una línea de base para dónde estamos en la vida y dónde queremos estar. Nos permiten hacer un balance y calibrarnos frente a nuestros compañeros, nuestros compañeros de clase, nuestros amigos y colegas, y frente a las personas a las que admiramos. Nos dan una idea de cómo estamos a la altura, que es información valiosa para la superación personal. Sin la capacidad de compararnos, no tenemos forma de saber si hemos progresado en absoluto.
Las comparaciones son poderosos Motivadores
También pueden ayudarnos a tener más éxito, si las aprovechamos correctamente. Por ejemplo, si sabes que tu amigo tiene una casa más grande que tú, puede motivarte a trabajar más duro y ganar más dinero. Si sabes que alguien es más popular que tú, puede motivarte a estudiar habilidades sociales con más diligencia. Si sabes que un compañero de trabajo es mejor que tú en una tarea determinada, puede motivarte a aprender de ellos y hacer un mejor trabajo la próxima vez.
Las comparaciones son un bucle de retroalimentación
Si sabes que lo estás haciendo mejor que otra persona, puede motivarte a seguir haciéndolo bien. Si sabes que lo estás haciendo peor que otra persona, puede motivarte a trabajar más duro y a mejorarte. Si sabes que estás haciendo lo mismo que otra persona, puede motivarte a cambiar de estrategia y táctica y seguir haciéndolo mejor.
El lado oscuro de las comparaciones
Las comparaciones pueden ser un arma de doble filo. Pueden ser un motivador poderoso, pero a veces pueden ser un fuerte impedimento para hacer algo. Tampoco son buenos para nuestra salud mental a largo plazo.
Si piensas en las personas que consideras mejores que tú de alguna manera, a menudo puedes caer en esta trampa. Puedes mirar a la persona y pensar, “Nunca podré hacer eso”, o “Nunca seré tan bueno en eso como esa persona”, o ” Nunca llegaré a ese nivel.”El truco es, en cambio, mirar a la persona y pensar:” ¿Cómo puedo llegar a ese nivel?”
Las comparaciones pueden ser un impedimento para hacer algo, pero también pueden ser un detrimento para hacer algo. Si lo que estás haciendo es algo que disfrutas, las comparaciones a veces pueden hacerte más reacio a hacerlo. Si ves a alguien haciendo algo que disfrutas, como tocar en una banda o escribir una novela o jugar al ajedrez, es posible que percibas a esa persona como mucho mejor que tú, y no quieres hacerlo, porque no quieres ser el peor en eso. Pero esa no es la forma correcta de verlo. En lugar de eso, deberías estar diciendo: “Puedo mejorar en esto, y mejoraré en esto. Por eso, debería hacerlo y disfrutarlo, porque me hará más feliz a largo plazo.”
La verdad incómoda
Las comparaciones también pueden ser un detrimento para hacer algo si es algo que encuentras desagradable o difícil. Si ves a alguien haciendo algo que te resulta desagradable o difícil, podrías pensar, ” Oh, no estoy haciendo eso. Están haciendo eso, y odio hacerlo. Parece difícil y aburrido, y no quiero hacerlo.”Pero esa no es la forma correcta de verlo. En lugar de eso, deberías estar diciendo: “Puedo mejorar en esto, y mejoraré en esto. Por eso, debería hacerlo y superar mi aversión, porque me hará más feliz a largo plazo.”
Mind the Gap
Cuando miramos a los demás, siempre hay una brecha: una brecha en conocimiento, una brecha en antecedentes, una brecha en habilidades, una brecha en inteligencia, una brecha en educación, una brecha en experiencia. Esto es natural: la única manera de evitar esto sería convertirse en un clon de nuestros compañeros. Pero esto no es deseable, y hay una razón simple:
Si nos convertimos en un clon de nuestros compañeros, seremos como todos los demás y seremos infelices.
El cerebro humano está diseñado para querer ser diferente. Estamos programados para querer ser especiales. Estamos programados para querer ser únicos. Convertirnos en un clon de nuestros compañeros nos hará sentir como un fracaso: nos sentiremos incapaces de lograr lo que más queremos.
El primer paso para evitar esto es ser conscientes de nuestra tendencia a compararnos con los demás y ser conscientes de sus efectos en nuestra salud mental. El siguiente paso es recordarnos constantemente a nosotros mismos que la única manera de no ser infelices es no ser como todos los demás. El paso final es buscar a aquellos que no son como nosotros, y aprender de ellos, y ser inspirados por ellos.
Comida para llevar
Las comparaciones son una parte normal de la cognición humana y pueden ser buenas para el proceso de superación personal. Cuando nos comparamos con los demás, obtenemos información sobre lo que queremos y dónde queremos estar, y obtenemos comentarios valiosos sobre cómo estamos a la altura. Sin embargo, también pueden causarnos mucho dolor psicológico. Es cuando empezamos a compararnos demasiado con los demás que nos encontramos con problemas. Así que sea consciente de ambos lados, y también sea consciente de que todos tienen experiencias de vida y suerte completamente diferentes.
No seas demasiado duro contigo mismo, el camino hacia la superación personal comienza con la autocompasión.
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