Gestionar las emociones en el lugar de trabajo
Las emociones son parte del ser humano, son la prueba de que estamos experimentando la riqueza y las complejidades que la vida tiene para ofrecer. Por lo tanto, es normal que vengan con nosotros a trabajar, especialmente cuando las expectativas son altas y los recursos son bajos. Al mismo tiempo, el lugar de trabajo es un entorno profesional y no todas las emociones o expresiones de ellas son apropiadas.
Si eres un empleado o un supervisor, es importante entender cómo manejar las emociones en el lugar de trabajo. La autora Anne Kreamer y la experta en comunicaciones Jodi Glickman explican por qué un lugar de trabajo sin emociones no es realista y cómo manejar el estrés laboral de manera adecuada.
Omita la Ley sobrehumana
Las demandas de administrar un negocio o departamento (problemas de personal, presupuestos, expectativas, plazos) a menudo pueden ser abrumadoras. Como gerente, también hay una presión adicional para mantener un estilo de administración que mantenga una tapa en las emociones.
Muchos profesionales sienten que tienen que ponerse algún tipo de armadura cuando entran en el lugar de trabajo. Pero, en realidad, a nadie le gusta trabajar para “Mr.or Miss Perfect”, dice Kreamer. Con respecto a los gerentes y las emociones, explica que:
- Los gerentes que son honestos sobre sus luchas ganarán lealtad y confianza extra de los empleados.
- Cuando tu equipo sabe que estás bajo presión para lograr algo, está en mejores condiciones de ayudarte en la forma en que lo necesitas.
- Mantener sus emociones reprimidas solo para explotar a la hora 11, no es justo para sus empleados.
Sin embargo, esto no significa que deba perder el control a la caída de un sombrero o quejarse a sus empleados sobre la alta gerencia. Solo significa que está bien mostrar alguna emoción y expresar sentimientos de estrés o frustración.
Emociones y género
Al investigar su libro sobre las emociones en el lugar de trabajo, Kreamer descubrió que las mujeres lloran casi cuatro veces más que los hombres. Y ¿por qué no? Las mujeres tienen seis veces la cantidad de prolactina (la hormona que controla los desgarros) que los hombres y los conductos lagrimales de las mujeres son significativamente más grandes. Por otro lado, los hombres son más propensos que las mujeres a ponerse agresivos y violentos cuando se enojan.
Ya sea que las emociones de alguien se expresen a través de lágrimas, una voz en alto o, lo que es peor, su comportamiento no debe ignorarse. Como señala Kramer, estas expresiones son el equivalente en el lugar de trabajo de un signo de “motor de comprobación”. Señalan el hecho de que alguien está sobrecargado de trabajo, enfermo, enojado, frustrado, etc. En lugar de ver las lágrimas o las emociones como un signo de debilidad, simplemente deberíamos tomarlas como una señal para abordar el problema subyacente.
Tanto Kreamer como Glickman ven esto como un área donde los grandes gerentes realmente pueden diferenciarse al abordar las emociones como algo saludable para los negocios. Kreamer cree que los cambios sociales profundos, junto con los nuevos conocimientos científicos sobre las formas en que opera cada género, transformarán el futuro de las dinámicas interpersonales en el trabajo.
Investiga los desencadenantes
Para Kreamer, la gestión de las emociones en el lugar de trabajo comienza mucho antes de que estalle el géiser. En lugar de” empatía forzada”, alienta a los supervisores a profundizar y buscar lo que está desencadenando el comportamiento emocional de un empleado en primer lugar. Esto lo posiciona para lidiar con los problemas a nivel de raíz, lo que también lo ayuda a evitar un estallido en el futuro.
Kreamer también señala que los gerentes deben buscar los mismos desencadenantes emocionales en sí mismos que en los empleados. Tener ese nivel de autoconciencia te permite comprender mejor cuándo te sientes abrumado, cómo llegaste allí y cómo manejarlo.
Gestionar las emociones de los empleados en el lugar de trabajo
Aún así, todos sabemos que las cosas pueden calentarse demasiado en la oficina a veces. Según Glickman, el objetivo no es fingir que las emociones no están ahí, sino intervenir y ayudar al empleado a recuperar la compostura. Algunos consejos que recomienda para tratar con un empleado emocional incluyen:
- Si parece que van a perderlo, sugiérales que se tomen un descanso o un paseo para tomar un poco de aire y despejarse la cabeza.
- Permítales distanciarse de la situación para refrescarse y luego pídales que continúen la discusión cuando las cosas se hayan calmado.
- Mire más allá de las acusaciones y concéntrese en las intenciones, reconociendo las buenas intenciones o los esfuerzos y señalando la solución.
- Comparta sugerencias concretas para mejorar el proceso en el futuro.
Glickman, que se desempeñó como gerente en Wall Street, dice que la clave para manejar las emociones en el lugar de trabajo es lidiar con ellas rápidamente, pero sin hacer que la otra persona se sienta atacada o amenazada. Sea claro sobre lo que se objeta o critica, pero enfóquese en el resultado, no en el proceso, dice.
Controlar tus propias emociones en el trabajo
Mientras que las emociones pueden ayudar a revelar problemas que necesitan solución, Glickman dice que si sientes que te estás emocionando demasiado, es mejor ir a la puerta. En lugar de llorar o crear una escena incómoda e incómoda, hazle saber a los demás que necesitas tomar un descanso o desahogarte. Como explica Glickman, realmente no hay ningún beneficio en tener esa crisis frente a los demás.
¿Más preguntas sobre las Emociones en el Lugar de trabajo? Podemos ayudar
Rara vez los gerentes quieren contratar a un autómata sin sentimientos, pero también quieren evitar las rabietas de los empleados en el lugar de trabajo. La perfección radica en el equilibrio que, como con la mayoría de las cosas, no siempre es fácil de encontrar. Ahí es donde podemos ayudar. Monster comprende los desafíos que conlleva el reclutamiento y la gestión de una fuerza de trabajo, y tenemos ideas que compartir. Averigüe qué recursos expertos gratuitos tenemos disponibles para apoyar a su fuerza de trabajo.
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