Cómo conservar trufas frescas
La trufa fresca es uno de los productos más selectos y preciados de la alta cocina. Su delicada conservación lo convierte en un alimento que debe consumirse rápidamente, nunca superando los 5 días en la nevera o un año si se mantiene en el congelador. Por eso, logísticamente, es esencial garantizar siempre que la trufa haya sido extraída recientemente del suelo.
El tiempo de almacenamiento fresco puede variar dependiendo de la variedad de trufa. Las trufas blancas y negras son productos muy perecederos, mientras que las trufas de verano tienen una vida útil ligeramente más larga.
Métodos de conservación
Deben consumirse en un plazo máximo de 5 días, conservándose en la nevera y en un recipiente de vidrio. La temperatura de refrigeración debe estar entre 2ºC y 4ºC. En casos específicos, el arroz se puede poner dentro del recipiente, por lo que absorberá la humedad y el período de conservación será más largo.
Otro método de conservación es utilizar un recipiente hermético (no de plástico) o un recipiente de barro con papel absorbente o un paño ligeramente húmedo.
Un método de conservación más laborioso sería sumergirlo en una variedad de vinagre suave, como vinagre de sidra de manzana, brandy, jerez seco o aceite de girasol. De esta manera, la trufa durará mucho más cuando esté fresca. Cabe señalar que, con el tiempo, eventualmente perderá su propio aroma y adquirirá el aroma del vinagre.
¿Se pueden congelar las trufas?
La mejor manera de conservar las trufas por un largo período de tiempo para congelar. La mejor manera de asegurarse de que no pierda sus propiedades sería envolver en papel film. Es importante asegurarse de que la trufa no respire, de lo contrario perderá su aroma. Cuando necesite usarlo, solo debe eliminar la cantidad deseada, evitando así que el resto se descongele.
Siguiendo estos consejos de conservación, podrá disfrutar de este maravilloso producto con total tranquilidad.
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